La volatilidad en las acciones estadounidenses—o la sorprendente falta de ella—ha dejado a los inversionistas confundidos en los últimos meses, según analistas de Barclays.
Tras la turbulencia del mercado provocada por el anuncio del presidente Donald Trump en abril sobre aranceles “recíprocos” de amplio alcance, la volatilidad del S&P 500 ha disminuido de manera marcada, incluso cuando el índice de referencia alcanzó nuevos máximos.
Esta caída en la volatilidad general puede parecer “contraintuitiva”, señaló el equipo de Barclays, dado que persiste la incertidumbre en torno a las agresivas políticas comerciales de la Casa Blanca y los esfuerzos de la Reserva Federal por manejar tanto el crecimiento laboral más lento como la inflación persistente.
“Sin embargo, esta aparente calma a nivel del índice oculta un panorama muy diferente a nivel de acciones individuales”, indicaron los estrategas.
Apuntaron que la volatilidad realizada a tres meses de acciones individuales—una medida de las 50 empresas más grandes del S&P 500—está “históricamente elevada” en comparación con los movimientos del índice. En los últimos dos meses, esta divergencia se ha ampliado a un ritmo que solo se ha superado en 1% de las veces en los últimos 30 años, añadieron.
Un factor clave detrás del aumento ha sido la actual fiebre por la inteligencia artificial, en particular el enfoque de los inversionistas en los enormes planes de inversión en IA de gigantes tecnológicos como Meta Platforms (NASDAQ:META), dueña de Facebook, y el líder de comercio electrónico Amazon (NASDAQ:AMZN). Barclays comparó el entusiasmo actual con la burbuja puntocom de principios de los 2000, cuando las valoraciones de las acciones tecnológicas se dispararon debido a la fuerte inversión en startups de internet.
“Cabe destacar que los niveles históricos de volatilidad para estas acciones ahora son comparables” a los de los llamados “Magnificent 7”, considerados los principales beneficiarios de la IA, dijeron los analistas.
Sin embargo, advirtieron que centrarse únicamente en los Magnificent 7 sería “demasiado limitado para apreciar completamente el alcance de la fiebre actual impulsada por la IA”.
“La microestructura de la inversión en IA está llena de ejemplos de comportamiento eufórico” entre compañías tecnológicas más pequeñas y menos rentables, añadieron.
Enfatizaron que “está claro que los inversionistas no pueden permitirse ignorar estos segmentos”. En este contexto, Barclays recomendó “precaución a corto plazo” y señaló candidatos de opciones put “baratos” entre las acciones más eufóricas, así como aquellas con “mayor potencial a la baja” según su distancia a un máximo de un año. Entre los nombres principales de esta lista de vigilancia se encuentran la compañía de transporte Lyft (NASDAQ:LYFT), la firma tecnológica Iren (NASDAQ:IREN) y la cadena de tiendas Macy’s (NYSE:M).
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