Las acciones cerraron al alza este lunes, incluso después de que Estados Unidos intensificara su participación en el conflicto entre Israel e Irán, atacando tres instalaciones nucleares iraníes el fin de semana. A pesar de las tensiones, los precios del petróleo retrocedieron, lo que impulsó el ánimo de los inversores.
El promedio industrial Dow Jones subió 90 puntos (0,2%), el S&P 500 ganó 0,3%, y el Nasdaq Composite aumentó 0,1%.
Los ataques aéreos estadounidenses alcanzaron instalaciones en Fordo, Isfahán y Natanz, sorprendiendo a los mercados que esperaban una respuesta más diplomática, especialmente después de que el presidente Trump dijera el viernes que decidiría si atacar Irán “en las próximas dos semanas”.
Los precios del petróleo, que ya habían aumentado en las últimas semanas debido a las crecientes tensiones en Oriente Medio, subieron inicialmente el domingo por la noche pero luego retrocedieron. El crudo WTI terminó el lunes con una baja del 0,5%, a 73,65 dólares por barril.
En un discurso desde la Casa Blanca el sábado por la noche, Trump advirtió a Irán: “Habrá paz, o una tragedia para Irán mucho mayor que la que hemos visto en los últimos ocho días”. Ahora los mercados están atentos a una posible represalia de Teherán, con temor a que pueda atacar personal estadounidense en la región o cerrar el Estrecho de Ormuz, lo que afectaría gravemente el flujo global de petróleo. Un cierre prolongado podría llevar los precios del crudo por encima de los 100 dólares por barril.
El secretario de Estado, Marco Rubio, instó a China, principal comprador de petróleo iraní, a intervenir para evitar el cierre de esa vía comercial clave.
Pese a las amenazas, algunos analistas se mostraron tranquilos. “Los inversores no están entrando en pánico por una crisis petrolera, lo cual es apropiado por ahora”, escribió Adam Crisafulli, de Vital Knowledge, señalando la capacidad militar reducida de Irán, su aislamiento internacional y la disponibilidad de suministro global de petróleo.
Sin embargo, un conflicto más amplio en Oriente Medio representa una nueva amenaza para los mercados financieros y la economía, ya presionados por las políticas comerciales agresivas de Trump este año.
“A pesar de la turbulencia causada por los aranceles de Trump y ahora la guerra en Oriente Medio, la economía estadounidense sigue demostrando su resiliencia”, escribió Ed Yardeni, presidente de Yardeni Research, en una nota el domingo, recordando su fortaleza durante eventos como la invasión rusa a Ucrania y los aumentos de tasas por parte de la Reserva Federal.
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