Estados Unidos está preparado para pasar de una estrategia de frenar el ascenso tecnológico de China a una centrada en competir directamente con ella en sectores clave de innovación el próximo año, según una nueva perspectiva de Jefferies.
En su informe, los analistas Aniket Shah y Charles Boakye dijeron que Beijing ya ha logrado “dominancia” en gran parte del panorama tecnológico global. Argumentaron que la competencia en evolución entre las dos economías más grandes del mundo representa “la pregunta más importante que da forma a la geopolítica durante las próximas décadas.”
Ante ese contexto, el equipo espera un gran cambio estratégico en Washington:
“2026 marcará un punto de inflexión en la postura de EE.UU. — de intentos de contención, a competencia tecnológica en varios frentes.”
Sugieren que los líderes estadounidenses podrían intensificar los esfuerzos de política industrial y movilizar “actores clave, incluyendo universidades [y] laboratorios nacionales” para contrarrestar el ascenso de China como superpotencia tecnológica.
Jefferies señaló los movimientos recientes de la Casa Blanca como evidencia temprana de esta transición. La semana pasada, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que crea una iniciativa nacional destinada a acelerar los avances científicos mediante inteligencia artificial. Bajo el programa —llamado la Genesis Mission— el Departamento de Energía supervisará la creación de una nueva plataforma destinada a unificar las capacidades de investigación que abarcan laboratorios federales, instituciones públicas y socios tecnológicos del sector privado.
La iniciativa podría acelerar los ciclos de innovación en campos emergentes como la computación cuántica, materiales avanzados y biotecnología, acortando de manera efectiva el camino desde el descubrimiento científico hasta la aplicación comercial.
Para los inversionistas, Jefferies señala que la estrategia de Trump pone un fuerte énfasis en convertir la innovación en retornos económicos —un enfoque que “podría remodelar los gastos de capital y cómo/a quién se acumula el crecimiento a largo plazo.” Los analistas también advirtieron que China ha construido una “ventaja estructural” durante la última década, particularmente en industrias como tecnología solar, robótica y vehículos eléctricos.
El informe agrega que las próximas colaboraciones entre los laboratorios nacionales de EE.UU. y los principales gigantes tecnológicos —incluyendo Nvidia (NASDAQ:NVDA), Alphabet (NASDAQ:GOOG), Amazon (NASDAQ:AMZN), Microsoft (NASDAQ:MSFT), Meta (NASDAQ:META), y Tesla (NASDAQ:TS:A)— “deberían proporcionar una indicación de dónde los socios privados están dispuestos a comprometer recursos.”

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