Las tensiones en torno a las tierras raras escalaron el jueves, después de que medios estatales chinos emitieran una contundente respuesta a las críticas de Estados Unidos sobre las nuevas restricciones a las exportaciones, intensificando un enfrentamiento diplomático que sigue creciendo.
En una declaración de siete puntos, Pekín rechazó la petición de Washington de retirar las medidas, que entrarán en vigor el 8 de noviembre. El intercambio ocurre en vísperas de un esperado encuentro entre los líderes de ambos países.
El representante comercial estadounidense Jamieson Greer calificó el miércoles las restricciones chinas a la exportación de tierras raras como “una maniobra de poder sobre la cadena de suministro global”, y sugirió que Pekín podría evitar la amenaza del presidente Donald Trump de restablecer aranceles de tres dígitos si retira las medidas.
Por su parte, Pekín afirma que notificó con antelación a Washington y asegura que el nuevo sistema de licencias es “coherente con las prácticas internacionales”, destacando que otras grandes economías tienen mecanismos similares.
El conflicto comenzó tras una llamada telefónica en septiembre entre Trump y Xi Jinping, tras la cual ambas partes se acusaron mutuamente de avivar las tensiones antes de su reunión bilateral.
China atribuye el aumento de la tensión a la expansión sorpresa de la Entity List de EE.UU. a finales de septiembre, que incluyó empresas en China y otros países acusadas de evadir los controles de exportación de tecnología avanzada.
Washington, en cambio, considera que las medidas de Pekín sobre minerales críticos fueron el detonante, calificadas por Trump de “impactantes”.
“Estados Unidos ha exagerado durante mucho tiempo las preocupaciones de seguridad nacional y abusado de los controles, adoptando prácticas discriminatorias contra China”, señalaba una de las infografías publicadas por People’s Daily, el periódico oficial del Partido Comunista. También resaltaba que Washington mantiene una lista de control con más de 3.000 productos, frente a unos 900 de China.
“La aplicación de estos controles a la exportación es coherente con la práctica internacional”, decía otra infografía.
Washington ha aplicado controles similares desde la década de 1950 y en los últimos años los ha utilizado para impedir que fabricantes extranjeros de chips vendan a China tecnología de origen estadounidense.
“Washington no debería sorprenderse por la ‘respuesta equivalente’ de China”, escribió un editorial de Global Times, un tabloide estatal conocido por su tono nacionalista.
“El cambio repentino en el ambiente comercial tomó a muchos por sorpresa, pero no es sorprendente”, continuaba el editorial.
“El detonante directo de esta ronda de tensiones fue el incumplimiento de promesas por parte de Washington — un patrón demasiado familiar.”
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