El precio del oro superó los 4,000 dólares por onza esta semana, alcanzando su nivel más alto ajustado por inflación desde 1980. Este repunte histórico ha sido impulsado principalmente por una ola sin precedentes de compras de bancos centrales.
Estrategas de Deutsche Bank señalaron que los bancos centrales están adquiriendo oro a un ritmo dos veces mayor que el promedio registrado entre 2011 y 2021, con China encabezando las compras a nivel global. Esta acumulación constante ha sido un factor clave detrás del avance del metal precioso a nuevos máximos nominales, y los analistas anticipan que aún hay margen para más aumentos.
Actualmente, el oro representa el 24% de las reservas de los bancos centrales, según datos del segundo trimestre de 2025, un fuerte incremento desde el mínimo de 9% alcanzado a fines de 2015. Aunque aún se encuentra por debajo del máximo histórico de 74.5% en la década de 1980, este salto marca la primera vez que el oro recupera su récord real ajustado por inflación en 45 años.
El lento retorno a estos niveles históricos tiene sus raíces en cambios de política que comenzaron en 1979, cuando el International Monetary Fund prohibió a sus miembros fijar sus monedas al oro. Esta decisión, tomada tras el colapso del Bretton Woods system, eliminó la obligación de que los bancos centrales mantuvieran grandes reservas en oro, dando inicio a años de ventas netas.
Hoy en día, esa tendencia se ha invertido. A medida que los bancos centrales vuelven a adoptar el oro como un activo estratégico, surgen paralelismos con el debate actual sobre Bitcoin. Deutsche Bank destaca que cada vez más responsables de política económica discuten la posibilidad de que esta criptomoneda se convierta, aunque de forma polémica, en un activo de reserva en el futuro.
Este contenido es únicamente con fines informativos y no constituye asesoría financiera, de inversión ni de ningún otro tipo profesional. No debe considerarse como una recomendación para comprar o vender valores o instrumentos financieros. Todas las inversiones implican riesgos, incluida la posible pérdida del capital. El rendimiento pasado no garantiza resultados futuros. Se recomienda realizar su propia investigación y consultar con un asesor financiero calificado antes de tomar cualquier decisión de inversión.

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